Un año de pérdidas, un año de incertidumbres, de dudas, de prohibiciones, de restricciones, y de despedidas. Este año que hemos vivido de pandemia, ha dejado tras de sí una sensación de desasosiego, cansancio y tristeza que ha dado lugar a que aparezcan en nuestro rostro signos de no estar en paz con nosotros mismo. Manchas en la piel, acné, piel grasienta, sobrepeso, retención de líquidos entre otros símbolos, son algunas de las herencias que nos ha dejado estos meses atrás.
Las sensaciones que hemos vivido durante el último año, se han trasladado a nuestro interior desmontando nuestro antiguo estado de bienestar y sustituyéndolo por sentimientos encontrados entre lo que queremos y lo que podemos hacer, entre lo que deseamos y lo que verdaderamente necesitamos.
Las noticias a diario del número de fallecidos, la evolución de la pandemia, las medidas restrictivas… Se han apoderado de nuestro ser durante mucho tiempo sin ni siquiera darnos un respiro.
Durante estos meses, hemos tenido que aprender a hacer muchas cosas como a cocinar bizcochos, tele trabajar, hacer video llamadas. Sin embargo nos hemos descuidado en mantener la salud de nuestro yo interior dejando como siempre para otro día, el cuidado de nuestra belleza consciente.
Si, belleza consciente, la que somos capaces de transmitir cuando tenemos toda nuestra energía fluyendo por nuestro interior, atravesando los poros de nuestra piel y consiguiendo deslumbrar a los demás. Pues sí, esa belleza se ha quedado un paso por detrás durante la pandemia y debemos de buscar una solución.
El agotamiento deja señales de guerra en nuestro cuerpo
Los cambios son procesos que cuestan integrar en nuestras vidas, requieren mucho esfuerzo y este año ha sido el año de los cambios. La socialización es fundamental para nuestro bienestar anímico, estamos escasos abrazos, besos y cariño. Nuestra mente y cuerpo empiezan a sentir el desgaste haciéndonos caer en momentos depresivos, tristeza, pena y aislamiento.
En nuestro día a día vemos que conseguir “BIENESTAR” en el más amplio sentido de la palabra suena bastante efímero. No tenemos dudas de que el sufrimiento por la pandemia en cada uno de los hogares, ha dejado esta palabra en la última hoja del diccionario. Pero precisamente por todas estas razones más que nunca tenemos que ser RESILENTES y buscar con ahínco no descuidarnos y luchar por sentir, aún dentro de las circunstancia, que podemos disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Te vamos explicar cómo a pesar de la tempestad todavía puedes subir al barco y remar hacia tu rumbo con firmeza para encontrar el equilibrio que necesitas.
Irradiar energía para sumar optimismo a los tuyos, es un boomerang
Ya llevamos un año con nuestro lívido cabizbajo y es el momento de dar un paso al frente y a través de diferentes caminos encontrar nuestra mejor YO, pues sólo estando bien con nosotros mismos conseguiremos que los que están alrededor también se contagien de ese sentimiento que mueve el mundo: LA FELICIDAD.
Cuida tu piel, es el primer órgano en contacto con el exterior, que sufre el sudor de los guantes, el calor de la mascarilla junto con el resto de elementos externos que nos rodean, no es para menos que su sufrimiento acabe dándonos problemas de equilibrio en nuestra piel y finalmente en nuestro organismo.
Encontrar un momento y espacio para cuidarte por dentro y por fuera, te harán recuperar un poco de ilusión en este mundo que al fin y al cabo es en el que tenemos que vivir. Respirar, ser apreciativos en las pequeñas cosas, llamar por teléfono a alguien con la intención de mostrarle un poco de atención y cariño, retirarnos y meditar para reencontrarnos con nuestro cuerpo, pueden ayudarnos a pasar nuestros días más llenos de luz, y construir pequeños momentos sintiéndonos orgullosos de haber resistido a esta situación con las menores consecuencias.
En nuestro artículo anterior te hablamos de dos tratamientos muy especiales, una experiencia sensorial con aceites esenciales como el Viaje por la ruta de Udaipur a base de almizcle, incienso y vainilla, o el Viaje por la ruta de Oriente un ritual lleno de misticismo y sensualidad. Ambos tratamientos aportan una alta hidratación y una terapia aromática que te ayudará a desconectarte por unas horas del ruido mundanal y de las preocupaciones diarias. Tu cuerpo te lo está pidiendo, escúchalo.
Desde nuestro centro estético de salud y bienestar queremos ayudarte a recuperarte de esas heridas y dar paso a una nueva forma de ver la vida detrás de una belleza que va desde dentro hacia afuera ¿Estás preparad@?
